sábado, 9 de febrero de 2008

Zurdera des-incorporada.

"La vida es algo que va pasando mientras estamos pensando en otras cosas."
Jhon Lennon


«¡Avertencia!, este post es largo y viene con plagio»


Yujuu! Estaba viendo el contador de visitas de la página y me vengo
a enterar que tenemos visitas desde España, Chile, Colombia... ¡que las LePath nos volvimos internacionales finalmente! Jajaj...


Bueno, comentario aparte, esta vez vengo nuevamente con una historia contada por otra persona, esta vez mi tía-abuela, que falleció el año pasado a los 98 años, después de habernos dicho que le faltaba poquito para morir. Vivió de lo más bien hasta la última semana. Semana en que se la pasó cagada en las patas porque tenía la idea fija de que ya se moría.
La Tía, como siempre la llamamos, tenía la costumbre de contar historias todo el tiempo, las contaba una y otra vez, siempre igual, se ve que realmente se acordaba. No es que contaba más de una vez las cosas por no recordar que lo había contado, más de una vez me decía -yo te conté a vos de...- y lo contaba de nuevo, pero estaba muy bueno escucharla. Había veces que te contaba cosas que le había contado su abuela... que impresionante, imaginarse cómo de alguna manera esa gente se mantiene con vida a travez de sus historias.
Mi papá, algún tiempo antes de que ella empezara a advertirnos de que ya se moría, le estuvo haciendo unas entrevistas (que eran más que nada grabar las cosas que ella siempre contaba) después las transcribió y armó un librito con todas las historias de la familia. A continuación voy a poner una de las historias.
Dos cosas interesantes para rescatar:
*Por un lado la cuestión de la docencia, que los docentes no son valorados por acá y eso es una mierrrda. Pasaba desde los tiempos en que la madre de mi tía-abuela quería ser docente, y sigue siendo así ahora. Yo también quiero ser docente, pero también voy a trabajar de otras cosas, eso sólo no te permite ganarte bien la vida.
*Por otro lado el tema de la zurdera. La Tía era zurda, pero no la dejaron serlo, no la dejaron ser. No por ser monotemática (se ve que no puedo dejar de un lado el lesbianismo) pero recuerdo una conversación de mi hermana con la tía, después de que ella gritara cosas como "pervertidos" o "asquerosos"... y puteara (la tía tenía la costumbre de putear a la gente de la tele, era divertido por lo general, pero a veces no tanto) porque estaban pasando la marcha del orgullo gay. Así que mi hermana le preguntó que por qué pensaba eso, y ella decía que van en contra de Dios, que eso no está bien, que las cosas tienen que ser así y asá, que eso es una enfermedad, y mi hermana le decía, recuerdas cómo en un momento se dieron cuenta de que no estaba bien impedirte ser zurda... y ahí, como que entendió un poco la cosa.
Los dejo con la historia de La Tía:

" La escuela

La primera casa en la que viví cuando era una nena estaba en Dorrego entre Salta y Jujuy. Y me tocó ir a la escuela Belgrano, que estaba cerca de casa. Esta escuela era viejísima, parecía que se venía abajo de vieja que era.
El primer día de clase nos vacunaron contra la viruela.
Desde el principio recuerdo que tuve problemas por el hecho de ser zurda.
Me ponían en el último asiento, y decían que yo era una burra porque no podía escribir con la mano derecha. Me sacaban afuera, me hacían poner la mano izquierda atrás, o me la hacían levantar mientras trataba de escribir con la derecha, pero no había caso. No podía.
No es que yo fuera porfiada y que no escribiera con la derecha por no hacer caso, no, incluso yo me culpaba a mi misma y pensaba "¿porqué tengo yo que ser diferente... si aquí no hay ninguna que escriba con la mano izquierda?".
En mi casa, a veces hacía los deberes con la mano izquierda, y me ponían "mal". Se ve que se daban cuenta...
Por este problema me hicieron repetir el primer grado, y en la libreta me escribieron "estancada". Los vecinos del barrio, que tenían nenas como yo, se enojaron todos, cuando se enteraron de esto, y fueron a retarla a la directora. Lo consideraban una ofensa.
Debido a esto le agarré bronca al estudio. De la escuela lo único que me gustaba era cantar, hacer ejercicios, y el recreo. ¡Ah! ¡Y correr!
A correr, y a cantar, no me ganaba nadie.
Un día me mandó la maestra a buscar un cartel con algo de geografía, y mientras yo lo buscaba en una pila donde había otros carteles, se me dio por cantar. Y en ese momento, mientras yo estaba cantando, entró la maestra de canto. Yo me asusté y dejé de cantar, pero ella me dijo "seguí, seguí que cantas lindo". Después me quería enseñar una canción para que yo la cantara en público, pero yo le dije "¡ah, no! ¡Yo sola al escenario no subo, eh!". Ahí terminó la carrera de cantante que pude haber tenido...

Muchos años mas tarde me encontré con una señora que había tenido el mismo problema que yo con la cuestión de escribir con la mano izquierda. Ella iba a una escuela de monjas, y me contó que una vez vino un doctor norteamericano, y las monjas le comentaron que tenían un problema con una niña, que no podían conseguir que escribiera con la mano derecha. Y el doctor ese le dijo "¡Dejenla, que escriba con la mano izquierda!", "porque se está estudiando eso, y hay algunas diferencias en el cerebro que hay que respetar", "no hay que molestarla para nada". Ojalá le hubieran dicho eso a mi maestra de la escuela Belgrano... a mi me enloquecieron la vida...

Si no hubiera sido por esto, a mi me hubiera gustado ser maestra. Tal vez para complacer a mi mamá, que había querido ser maestra, y no había podido. Mi abuela no la dejó, porque era como ahora: no les pagaban bien. Las mandaban a enseñar a los pueblos, y el gobierno no pagaba, y entonces ellas no podían pagar la pensión. No les daban luz, y a veces tenían que corregir los deberes con la luz de la luna... "

Interesante.

Por ahora,
§Jo.

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domingo, 3 de febrero de 2008

Soy activista... lesbiana?


Estoy caminando por la vida a punto de entrar al mundo del activismo lésbico, aún sin estar segura de si ya estaba dentro, ni de cómo evitaré que eso me quite otro tipo de militancia, y recién, recién, me topé en un blog con el texto que voy a copiar a continuación. Me parece de lo más adecuado, aunque las palabras sean un poco bruscas, la idea de que hay que tratar de mejorar las cosas, no sólo desde la mierda que nos ha tocado individualmente, sino concientes de toda la mierda que hay en general, es una idea que me parece acertada. Acá va: yo lo saqué del blog "El unicornio negro" que a su vez lo sacó de otro lado que no pude encontrar. «del libro "Ética marica" de Paco Vidarte, gracias Ave»

Si nos parece evidente e indiscutible que a todo hetero se le debe exigir que no sea homófobo, ¿acaso a nosotras nos basta con ser lesbianas para que ya nadie tenga derecho a exigirnos nada?, ¿basta con ser trans para tener el cielo de la militancia ganado?, ¿basta con ser marica para que nadie pueda exigirnos ya ningún tipo de compromiso ni de solidaridad? ¿Constituye una justificación suficiente el hecho de ser gay para no tener que asumir más responsabilidades con la sociedad ni con otro tipo de injusticias que nada tienen que ver con la homofobia? Soy marica, luego estoy salvada. Soy marica, pero me caso. Soy marica, luego exenta de ser solidaria. Soy marica, luego justificada para no preocuparme más que de mi culo. No basta con ser marica para que tu existencia esté justificada. No basta con ser marica para que se te considere un tío legal. No basta con ser pobre, negro, bollera, parado, trans, proleta, sin techo para poder pasar del resto de la gente porque bastante tenemos con ser negros, pobres, maricas como para preocuparnos por los demás, aparte de que no se metan con nosotros. No basta con que te pisen el cuello por maricón o por negro para que tú encuentres justificado pisar por tu parte otros cuellos más débiles que el tuyo, o igualmente vulnerables, sólo que por otros motivos. No basta con ser trans o bollera para poder comportarte sin complejos como una auténtica hija de perra y pisar a otras trans, a otras bolleras, a otros emigrantes porque en algún aspecto de la vida te encuentras por encima de ellos. Que te pisen el cuello por maricón no es justificación para que, como maricón, le pises el cuello a la ecuatoriana que limpia tu casa.

Si algo así como una Ética LGTBQ es pensable y deseable, ha de partir del hecho de que la lucha contra la homofobia no puede darse aisladamente haciendo abstracción del resto de injusticias sociales y de discriminaciones, sino que la lucha contra la homofobia sólo es posible y realmente eficaz dentro de una constelación de luchas conjuntas solidarias en contra de cualquier forma de opresión, marginación, persecución y discriminación. Repito. No por caridad. No porque se nos exija ser más buena gente que nadie. No porque tengamos que ser Supermaricas. Sino porque la homofobia, como forma sistémica de opresión, forma un entramado muy tupido con el resto de formas de opresión, está imbricado con ellas, articulado con ellas de tal modo que, si tiras de un extremo, el nudo se aprieta por el otro, y si aflojas un cabo, tensas otro. Si una mujer es maltratada, ello repercute en la homofobia de la sociedad. Si una marica es apedreada, ello repercute en el racismo de la sociedad. Si un obrero es explotado por su patrón, ello repercute en la misoginia de la sociedad. Si un negro es agredido por unos nazis, ello repercute en la transfobia de la sociedad. Si un niño es bautizado, ello repercute en la lesbofobia de la sociedad“.

Guau. Buenas palabras. Jodidas, pero buenas.

§Jo. «robando material sin pudor»
-Aunque no me llamaron Jo mis padres al nacer.
«Lo tenia que decir en algún momento»

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sábado, 2 de febrero de 2008

Sin Mas ...

Realmente hoy no hay ni humor ni situaciones irrisorias para escribir en este relato, solo unas cuantas imágenes que describen la ignorancia de muchos y las pocas ganas de informarse de otros, solo espero que sepan aprovechar estas imágenes y les sirva de algo.






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