jueves, 3 de abril de 2008

La vuelta verdadera.

No te calles. (no me callo)



Entre otras cosas este espacio es para dar mi opinión.
Se me han escapado muchas cosas en mi larga ausencia:



  1. El día de la mujer, 8 de marzo, que no es para que te saluden por todos lados y te digan feliz día, sino para reflexionar sobre una desigualdad que aún existe. Intenté ir a una marcha acá en Rosario, pero, aparentemente esa marcha a la que quise ir no existía... soy un poco inútil para estas cosas. Y yo que pensaba que me iba a nutrir de feminismos...
  2. El mail que me ha llegado de múltiples contactos hablando del hijo de puta que mantuvo un perro atado hasta morir de hambre frente a mucha gente que no hizo nada (o en el caso de que el perro no haya muerto nada, una obra muy bien armada que logró movilizar a miles de personas, valga el comentario) Y yo me digo, ¿cómo eso movió a tanta gente y cuesta tanto que la gente se mueva por otras cosas tan o más atroces que esa?. Yo también firmé la carta, para mi está claro que es importante dejar en claro que no estamos de acuerdo con la tortura de los animales.
  3. Otra cadena que me llegó en la que hablaba de una chica que tiene una enfermedad llamada FOP (fibrodisplasia osificante progresiva ) y que pedía ayuda para encontrar a alguien más con la enfermedad porque eso podría ayudar a salvarla. Me puse a buscar los orígenes de la cadena y resultó ser que era cierta, pero que la chica ya había fallecido. En el foro de rompecadenas habló su padre y explicó incluso lo que siguieron haciendo después para ayudar a dar a conocer la enfermedad. Acá hay una buena explicación. Creo que es importante leer las cadenas y averiguar sus orígenes, más que sólo pasarla. Buena página para averiguar de dónde vienen las cadenas es http://www.rompecadenas.com.ar/ o simplemente copiando parte del mail en el google, y buscar por dónde aparece (la mayoría de las veces terminas en rompecadenas.com).
  4. Me quedó pendiente hacer un post sobre la diferencia entre el perdón y la reconciliación, porque daneel en un comentario me dijo que debería perdonar a mis compañeros del secundario, a lo que yo le decía que perdonar no es suficiente, bah, que lo importante es reconciliarse, más bien entender la causa de las cosas, tratar de ver sus puntos de vista. Tengo que postear sobre eso y explicarlo mejor.
  5. ¿Qué tienen en común los siguientes números? 1930, 1943, 1955, 1962, 1966 y 1976. El 24 de marzo se cumplieron 32 años del inicio de la última dictadura en Argentina, última, eso, última. Pero aún hay que buscarle la vuelta para que los poderosos se dejen de joder. Fui a la marcha, como lo he hecho en los últimos años. Es algo increíble, mucha, pero mucha gente junta, y muchos con ideologías muy distintas. Pero todos con la idea de que los militares no nos gobiernen nunca más. De que la masacre no se perpetúe. Pese a que aún en el presente tenemos desaparecidos.
  6. Yo mucho no conozco, pero lo cuento: En esta última semana se produjeron innumerables cortes de ruta, y paros de los productores del campo, pidiendo que se afloje con las retenciones. Los medios se dieron el gustito de tener la atención de la gente hasta hartarlos. La presidenta se sarpó en su discurso y, en lugar de calmar la situación, le echó más leña al fuego. Con soberbia, y mucha, pero mucha hipocresía. Mi postura, hmm, ni uno ni lo otro. Que las retenciones a los grandes exportadores y a los terratenientes me parecen perfectas, que lo chacareros que tienen un terreno que no se podrá mantener con tanto impuesto terminen en quiebra no me parece nada bueno. Y por otro lado, más le vale que se redistribuya de verdad, porque si se les saca de su bolsillo para que vaya a parar al bolsillo de los Kirshner, upa upa.
  7. Estoy teniendo un conflicto con el nombre Josephine, pese a que surge de Josephine March, la niñita luchadora de Mujercitas, es una palabra de origen anglosajón y mi nombre debería tener raices latinas, y eso de josefina no me gusta nada. LePath surgía de Lesbian Path, pero ¿qué carajo es eso? el camino de la lesbiana... ¿qué se supone? ¿que por ser lesbiana sigo determinado camino? bueno, en parte sí, hay cosas que el pertenecer a determinado grupo te permite aprender, pero eso del camino de la lesbiana, es como mucho ya, pero aún tengo que pensarlo... ensima, nuevamente, escrito en inglés, puedo ser incoherente cuando quiero.


Bueno, me pasé con el post. Más le vale a Cleo que postee.


Esta vez lo escribí todo todito yo misma. Jejej.
Jo, supongo.

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Inasiblemente inalcansable

"Lo bueno se hace esperar"
Dicho popular.


Bueno, bueno, ha llegado la hora de las excusas. Que no he podido postear porque en mi casa la internet apesta y renguea como loca, y que ahora que he cambiado de computadora (no dije ordenador por muy poco, estoy sonando muuy española) se me han perdido muchos archivos y cosas preciadas que solían servirme para inspirarme. Que todo eso son puras excusas. Que la verdadera razón de mi ausencia es la pura paja que me mueve día a día. O no. Pero en fin, lo importante es que estoy de vuelta. Así que sollocen, lloren, o alegrense en que Jo está de vuelta. Aquí llega un texto, cortesía de El Poder De La Palabra y sus textos semanales que ya hace un buen rato que leo, este particularmente me dio ganas de compartirlo con ustedes. Es una buena historia para mi, pero quizás ustedes puedan comprenderla mejor que yo. Se las regalo. (jiji)

Del objeto cualquiera
" Un ciego de nacimiento tropezó, por casualidad, con cierto objeto que llegó a ser su única posesión sobre la tierra. No pudo nunca saber qué cosa fuese, pero le bastaba que sus dedos lo tocasen en un punto y, a partir de este principio, recorriesen el maravilloso nacer de las formas unas de otras en sucesivos regalos de increíble gracia. Pero en realidad no le bastaba, porque la parte que sabía no era más que la sed de lo perdido, y comprendiendo que jamás llegaría a poseerlo enteramente, lo regaló a un sordo, amigo suyo de la infancia, que lo visitó por casualidad una tarde. -¡Qué hermosas muchachas!-, vociferó el sordo. -¿Qué muchachas?-, gritó el ciego. -¡Ésas!-, aulló el sordo, señalando el objeto. Al fin comprendió que no se entenderían nunca de aquel modo y le puso al ciego el objeto entre las manos. El ciego repasó el peso familiar de las formas. -¡Ah, sí, las muchachas!-, murmuró. Y se las regaló al sordo. El sordo se las llevó a la casa. Eran tres muchachas, cogidas de las manos. Gráciles e infinitas respondíanse las líneas de los cabellos, los brazos y los mantos. Eran de marfil casi transparente. Vetas de lumbre atravesábanla por dentro. El sordo, cuyos ojos eran de águila, sorprendió en el pedestal un resorte. Al apretarlo comenzaron a danzar las doncellas. Pero luego el sordo comprendió que jamás llegaría a poseerlas enteramente, y regaló las tres danzantes a un amigo que vino a visitarlo. -¡Qué hermosa música!-, dijo el hombre, señalando a las doncellas. -¿Cómo?-, dijo el sordo. -¡La música de la danza!-, explicó el hombre. -Sí -dijo el sordo-, música entendí, pero no sabía que hubiese.- Y regaló al hombre las tres danzantes. El hombre se las llevó a la casa. Era la música como el soplar del viento en las cañas: agonizaba y nacía de sí misma, y su figura eran las tres danzantes. Maravillado, el hombre contemplaba la perfecta unidad de la figura, la música y la danza. Pero luego comprendió que jamás llegaría a poseerlas enteramente y las regaló a un sabio que vino a visitarlo. -¡Las Tres Gracias!-, exclamó el sabio. -¿Sabe usted lo que tiene? ¡Son las Tres Gracias que hizo Balduino para la hija del Duque de Borgoña!- El hombre comprendió que aquéllos eran los nombres del misterioso apartamento que había en los rostros de las danzantes. -Usted piensa en ellas-, confirmó, señalándolas. Y el sabio se llevó las Tres Gracias a su casa. Allí, encerrado en su gabinete, las hacía danzar y les pensaba en alta voz los nombres verdaderos, las secretas relaciones de sus cuerpos en la danza y de la danza y los sonidos, el mágico nacimiento de sus cuerpos, hijos de la divinidad y el amor del artesano. Pero a poco murió el sabio, llevándose la angustiosa sensación de que jamás, por mucho que viviese, las poseería enteramente. Su ignorante familia vendió las Tres Gracias a un anticuario, no menos ignorante, que las abandonó en el escaparate de los juguetes. Allí las vio un niño, cierta noche. Con la nariz pegada al vidrio se estuvo largo tiempo, amargo porque jamás las tendría. Así había de ser, porque, a poco de marcharse el niño a su casa, un incendio devoró la tienda, y, en la tienda, las Gracias. Esa noche el niño las sonó al dormirse. Y fueron suyas, enteras, eternas. "
Eliseo Diego (Cuba, 1920-1994)

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